jueves, 1 de octubre de 2009

LA LEYENDA NEGRA DE ESPAÑA: PROPAGANDA EN LA GUERRA DE FLANDES. Ingrid Schulze.


Ingrid Schulze Schneider La leyenda negra de España: propaganda en la guerra de Flandes 1566-1584, Madrid, Complutense, 2008, 179 págs. 18 euros.
LA INSTRUMENTACIÓN PROPAGANDÍSTICA DE LA GUERRA DE FLANDES: nueva revisión del concepto, fundamentos históricos y valor actual de una perenne y muy destacada presencia de nuestra historiografía.
La guerra de Flandes no fue sólo un conflicto entre el Rey de España y sus díscolos vasallos holandeses, o un enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes, sino un magno acontecimiento de perennes consecuencias en la historia global, y uno de los crisoles de la propaganda moderna. Sin duda ese es el motivo de que Ingrid Schulze, catedrática de Historia de la Comunicación Social (UCM) dedique un documentado trabajo a los mecanismos negrolegendarios surgidos al alimón de ese conflicto.
Si algo nos enseña la Historia es lo poco que duran las victorias cuando sólo se pretende vencer, y no convencer; y para convencer, hay que cuidar la imagen. El trabajo de Ingrid Schulze es en este sentido revelador: como militar, Guillermo de Orange tenía la desafortunada costumbre de perder sus batallas; como propagandista, fue un genio. Exacto negativo del duque de Alba, sin duda el mejor general de su época, pero de limitada aptitud para las relaciones públicas. Al final, la obra de Orange perduró y es el ancestro de la actual dinastía que reina sobre los Países Bajos.
La cualidad sobresaliente de este libro de muy moderada extensión reside sin duda en su estructura diáfana, en su claridad expositiva. En primer lugar nos ofrece una perspectiva, necesariamente resumida, de la primera parte de un conflicto de ochenta años particularmente cruel, que revistió las peores características de una guerra civil: aquella en la que se dirimen tanto rivalidades políticas como convicciones religiosas. A continuación la autora aborda el tema de la Leyenda Negra, desde la inicial perspectiva de Julián Juderías, pasando por sus continuadores Arnoldsson y Maltby. A partir de entonces el libro se convierte en un estudio específico de la propaganda de los rebeldes, estudio completo que pasa por los inspiradores —como el propio Orange— los artistas creadores de la propaganda gráfica, y los impresores desde Colonia a Dillenburg, pasando por Londres.
Schulze no se limita a la propaganda antiespañola, también esboza un breve bosquejo de la contrapropaganda católica, y proporciona datos muy interesantes acerca de la figura del impresor Plantino, que realizó relevantes trabajos para Felipe II.
Otro punto fuerte de este trabajo consiste en la reproducción de ilustrativos grabados, algunos de los cuales pertenecen al importante legado Rodríguez-Moñino que custodia la Academia Española.
Tanto por el texto como por las ilustraciones, este estudio resulta indispensable para cualquiera que pretenda comprender la realidad del conflicto en su dimensión imagológica que no sólo política, militar o religiosa, y desde luego constituye una importante contribución a la Historia de la Propaganda.
Luis Español
La Aventura de la Historia, nº 132, octubre 2009, pág. 88

lunes, 1 de junio de 2009

CELINE SECRETO. Lucette Destouches.


Lucette Destouches y Véronique Robert, Céline Secreto, Veintisiete Letras, 2009, 160 págs. 13,5 euros.
CÉLINE AL FINAL DE SU NOCHE: Un literato, primer actor en el mayor drama de la historia de la Europa del siglo XX.
Céline, amén de médico y escritor, fue un gran consumidor de bailarinas. Bailarina fue su amante Elisabeth Craig, que acabó abandonándolo, y bailarina será Lucette Almanzor, la compañera de Céline durante el último cuarto de siglo de su vida y su mujer desde 1943.
El autor de dos novelas tan importantes como Muerte a crédito y el Viaje al fin de la noche, también publicó tres ignominiosos panfletos antisemitas que tuvieron un éxito inmenso durante la preguerra y la noche de Vichy —más de 90 ediciones sólo para Bagatelles pour un massacre— y sellaron el destino de su autor cuando Europa despertó de la pesadilla de Auschwitz. Céline huyó de Francia en junio de 1944, junto a los más significados petainistas, refugiándose primero en Sigmaringen y luego en Dinamarca. Ocho meses de encarcelamiento en aquel país quebraron su ánimo y mermaron su salud, sin doblegar su orgullo: nunca expresó el menor arrepentimiento por sus diatribas antijudías.
Cuando Céline pudo regresar a Francia, se instaló en Meudon, junto a París. Allí vivió amargado y medio loco sus últimos años, ejerciendo benévolamente su profesión de médico, atendido por su fidelísima Lucette y cargado de resentimiento por la “injusta” persecución que, a su juicio, había sufrido, sin reparar en lo irrisorio de sus padecimientos comparados con los de las víctimas del Holocausto.
En esta interesantísima obra, la viuda de Céline salda algunas cuentas y resulta conmovedor el relato de su particular inmolación en el altar del gran escritor. La propia Lucette subraya su condición de vestal que carece de significado fuera del culto a la memoria de su demonio doméstico. Se trasluce en esas páginas, púdicas y sobrias, una pasión desesperada, una alienación absoluta. El personaje de Lucette es seguramente más brillante de lo que ella nos dice — algunas frases de estos recuerdos son particularmente afortunadas— y en cualquier caso resulta fascinante su testimonio acerca del ocaso de uno de los monstruos literarios del siglo XX.
La excelente traducción de José María Solé, la oportuna cronología y el indispensable índice facilitan extraordinariamente la inmersión del lector en la Francia coetánea del biografiado.


Luis Español

La Aventura de la Historia nº 128, junio 2009, pág. 96

jueves, 1 de enero de 2009

MEMORIAS. Juan de Escoiquiz.


Juan de Escoiquiz, Memorias (1807-1808), prólogo de José Ramón Urquijo, Sevilla, Renacimiento, 2007, 438 págs, 20 euros
VISIÓN MUY DIRECTA DE UN DRAMA COLECTIVO. La justificación histórica del consejero de Fernando VII

Hasta la recuperación y publicación de sus Memorias por Antonio Paz, en 1915, fue Juan de Escoiquiz (1747-1820) un gran desconocido. La editorial Renacimiento reedita ahora el trabajo de Paz, precedido por un magnífico prólogo de José Ramón Urquijo.
La pasión que por Manuel Godoy sintieron tanto Carlos IV como su esposa, y la rebelión de su hijo, podrían inspirar comedias bufas y entremeses de no ser por el altísimo precio pagado por España: la Guerra de Independencia, con su goyesco cortejo de desastres. En el fatal desenlace, Escoiquiz tuvo un papel estelar. Maestro y consejero áulico de Fernando VII, fue actor principal en la desbaratada “conjura” que Godoy y los reyes quisieron castigar con la llamada Causa del Escorial. También fue quien negoció en nombre de Fernando, en Bayona, la indigna cesión que hizo aquel príncipe de la Corona obtenida mediante el golpe de Estado de Aranjuez. Así, la figura de Escoiquiz quedará siempre asociada a los funestos acontecimientos que dieron pie a la guerra y a la nada gloriosa circunstancia de ser el maestro del Felón.
Precisamente, y sin duda por necesidad de justificarse de algún modo, esa obra se centra en los años 1807 y 1808, ofreciendo una versión distinta y complementaria de la que brindaría años después Godoy en sus Memorias, recientemente reeditadas. Muy interesantes son los documentos y cartas anejos, que le permiten al lector hacerse por sí mismo una clara idea del nivel de estupidez y abyección alcanzado tanto por Carlos IV y por María Luisa como por su lamentable hijo.
Se leen muy bien esas memorias, escritas con el estilo cursi pero sencillo de un pedagogo dieciochesco, y al referir los detalles de su detención reproduce alguna anécdota divertida. En su ceguera, no sabemos si natural o voluntaria, Escoiquiz no parece darse cuenta de la incongruencia que supone aconsejar en 1807 a su real discípulo ponerse en secreto en contacto con Napoleón a través de la Embajada francesa —dando al Corso la ocasión, y quizá la idea de despojar a los Borbones del trono español— para, menos de un año después, aconsejarle al mismo príncipe que renuncie a la Corona… En cualquier caso se trata de una obra importante, indispensable a la hora de comprender mejor el gran drama cuyo bicentenario recordamos ahora.

Luis Español
La Aventura de la Historia, nº 123, enero 2009, pág.