Ingrid Schulze Schneider La leyenda negra de España: propaganda en la guerra de Flandes 1566-1584, Madrid, Complutense, 2008, 179 págs. 18 euros.
LA INSTRUMENTACIÓN PROPAGANDÍSTICA DE LA GUERRA DE FLANDES: nueva revisión del concepto, fundamentos históricos y valor actual de una perenne y muy destacada presencia de nuestra historiografía.
La guerra de Flandes no fue sólo un conflicto entre el Rey de España y sus díscolos vasallos holandeses, o un enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes, sino un magno acontecimiento de perennes consecuencias en la historia global, y uno de los crisoles de la propaganda moderna. Sin duda ese es el motivo de que Ingrid Schulze, catedrática de Historia de la Comunicación Social (UCM) dedique un documentado trabajo a los mecanismos negrolegendarios surgidos al alimón de ese conflicto.
Si algo nos enseña la Historia es lo poco que duran las victorias cuando sólo se pretende vencer, y no convencer; y para convencer, hay que cuidar la imagen. El trabajo de Ingrid Schulze es en este sentido revelador: como militar, Guillermo de Orange tenía la desafortunada costumbre de perder sus batallas; como propagandista, fue un genio. Exacto negativo del duque de Alba, sin duda el mejor general de su época, pero de limitada aptitud para las relaciones públicas. Al final, la obra de Orange perduró y es el ancestro de la actual dinastía que reina sobre los Países Bajos.
La cualidad sobresaliente de este libro de muy moderada extensión reside sin duda en su estructura diáfana, en su claridad expositiva. En primer lugar nos ofrece una perspectiva, necesariamente resumida, de la primera parte de un conflicto de ochenta años particularmente cruel, que revistió las peores características de una guerra civil: aquella en la que se dirimen tanto rivalidades políticas como convicciones religiosas. A continuación la autora aborda el tema de la Leyenda Negra, desde la inicial perspectiva de Julián Juderías, pasando por sus continuadores Arnoldsson y Maltby. A partir de entonces el libro se convierte en un estudio específico de la propaganda de los rebeldes, estudio completo que pasa por los inspiradores —como el propio Orange— los artistas creadores de la propaganda gráfica, y los impresores desde Colonia a Dillenburg, pasando por Londres.
Schulze no se limita a la propaganda antiespañola, también esboza un breve bosquejo de la contrapropaganda católica, y proporciona datos muy interesantes acerca de la figura del impresor Plantino, que realizó relevantes trabajos para Felipe II.
Otro punto fuerte de este trabajo consiste en la reproducción de ilustrativos grabados, algunos de los cuales pertenecen al importante legado Rodríguez-Moñino que custodia la Academia Española.
Tanto por el texto como por las ilustraciones, este estudio resulta indispensable para cualquiera que pretenda comprender la realidad del conflicto en su dimensión imagológica que no sólo política, militar o religiosa, y desde luego constituye una importante contribución a la Historia de la Propaganda.
LA INSTRUMENTACIÓN PROPAGANDÍSTICA DE LA GUERRA DE FLANDES: nueva revisión del concepto, fundamentos históricos y valor actual de una perenne y muy destacada presencia de nuestra historiografía.
La guerra de Flandes no fue sólo un conflicto entre el Rey de España y sus díscolos vasallos holandeses, o un enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes, sino un magno acontecimiento de perennes consecuencias en la historia global, y uno de los crisoles de la propaganda moderna. Sin duda ese es el motivo de que Ingrid Schulze, catedrática de Historia de la Comunicación Social (UCM) dedique un documentado trabajo a los mecanismos negrolegendarios surgidos al alimón de ese conflicto.
Si algo nos enseña la Historia es lo poco que duran las victorias cuando sólo se pretende vencer, y no convencer; y para convencer, hay que cuidar la imagen. El trabajo de Ingrid Schulze es en este sentido revelador: como militar, Guillermo de Orange tenía la desafortunada costumbre de perder sus batallas; como propagandista, fue un genio. Exacto negativo del duque de Alba, sin duda el mejor general de su época, pero de limitada aptitud para las relaciones públicas. Al final, la obra de Orange perduró y es el ancestro de la actual dinastía que reina sobre los Países Bajos.
La cualidad sobresaliente de este libro de muy moderada extensión reside sin duda en su estructura diáfana, en su claridad expositiva. En primer lugar nos ofrece una perspectiva, necesariamente resumida, de la primera parte de un conflicto de ochenta años particularmente cruel, que revistió las peores características de una guerra civil: aquella en la que se dirimen tanto rivalidades políticas como convicciones religiosas. A continuación la autora aborda el tema de la Leyenda Negra, desde la inicial perspectiva de Julián Juderías, pasando por sus continuadores Arnoldsson y Maltby. A partir de entonces el libro se convierte en un estudio específico de la propaganda de los rebeldes, estudio completo que pasa por los inspiradores —como el propio Orange— los artistas creadores de la propaganda gráfica, y los impresores desde Colonia a Dillenburg, pasando por Londres.
Schulze no se limita a la propaganda antiespañola, también esboza un breve bosquejo de la contrapropaganda católica, y proporciona datos muy interesantes acerca de la figura del impresor Plantino, que realizó relevantes trabajos para Felipe II.
Otro punto fuerte de este trabajo consiste en la reproducción de ilustrativos grabados, algunos de los cuales pertenecen al importante legado Rodríguez-Moñino que custodia la Academia Española.
Tanto por el texto como por las ilustraciones, este estudio resulta indispensable para cualquiera que pretenda comprender la realidad del conflicto en su dimensión imagológica que no sólo política, militar o religiosa, y desde luego constituye una importante contribución a la Historia de la Propaganda.
Luis Español
La Aventura de la Historia, nº 132, octubre 2009, pág. 88
La Aventura de la Historia, nº 132, octubre 2009, pág. 88