VV. AA., La redención del pueblo: la cultura progresista en la España Liberal, ed. de Manuel Suárez Cortina, Santander, Universidad de Cantabria, 2007. 449 págs., 18 euros
CUANDO LAS DOS ESPAÑAS DIALOGABAN: nuevas perspectivas sobre la realidad histórica del siempre discutido y tan próximo siglo XIX
Moderados y progresistas son las dos caras de nuestro liberalismo decimonónico. Los segundos tuvieron una influencia mucho mayor que su relativamente escasa experiencia de poder, y es que la cultura progresista, más que su gobierno efectivo, acabó impregnando todo el periodo y prolongándose, en su versión higienista y científica, hasta 1931.
Entender ese fenómeno es la razón y la justificación de esta interesante obra, que contiene las ponencias de distintos especialistas, presentadas en el VI Encuentro de Historia de la Restauración (Santander, 2003). Consta de trece capítulos y la introducción del editor, y como todo compendio de actas, destinado a un público especializado, carece de esbozos biográficos, cuadros cronológicos o sinópticos destinados al lector no iniciado.
CUANDO LAS DOS ESPAÑAS DIALOGABAN: nuevas perspectivas sobre la realidad histórica del siempre discutido y tan próximo siglo XIX
Moderados y progresistas son las dos caras de nuestro liberalismo decimonónico. Los segundos tuvieron una influencia mucho mayor que su relativamente escasa experiencia de poder, y es que la cultura progresista, más que su gobierno efectivo, acabó impregnando todo el periodo y prolongándose, en su versión higienista y científica, hasta 1931.
Entender ese fenómeno es la razón y la justificación de esta interesante obra, que contiene las ponencias de distintos especialistas, presentadas en el VI Encuentro de Historia de la Restauración (Santander, 2003). Consta de trece capítulos y la introducción del editor, y como todo compendio de actas, destinado a un público especializado, carece de esbozos biográficos, cuadros cronológicos o sinópticos destinados al lector no iniciado.
Suárez ordena e hilvana las ponencias, dándoles un orden lógico y estructurado, que empieza con la de Gonzalo Capellán, sobre el concepto progreso y que concluye con la de López-Ocón, sobre el crepúsculo de la cultura progresista.
Muy seductora es la ponencia de Juan Pro sobre la imagen que se hacían los moderados de los progresistas. No son frecuentes las incursiones españolas en el campo imagológico, a pesar de que el padre fundador de la disciplina fuese nuestro compatriota Juderías. El zoon politikon es también un homo videns; luego el estudio de la mirada propia y de la ajena resultan indispensables para la cabal comprensión de la realidad. Igualmente interesante es la contribución de Pan-Montojo sobre el Partido Progresista durante el periodo isabelino.
Quizá se echen en falta ponencias sobre el papel de los militares -tanto Ejército como Marina- y el de la masonería, grandes protagonistas del periodo. Los dos autores de universidades catalanas se han centrado en Cataluña, justificando el diagnóstico de Sergio Vilar sobre el creciente localismo de nuestra universidad, lo cual no es óbice para reconocer la calidad de sus trabajos.
La variedad de las contribuciones y sus distintos enfoques demuestran la riquísima plétora de ideas, personas y tendencias del periodo estudiado.
Muy seductora es la ponencia de Juan Pro sobre la imagen que se hacían los moderados de los progresistas. No son frecuentes las incursiones españolas en el campo imagológico, a pesar de que el padre fundador de la disciplina fuese nuestro compatriota Juderías. El zoon politikon es también un homo videns; luego el estudio de la mirada propia y de la ajena resultan indispensables para la cabal comprensión de la realidad. Igualmente interesante es la contribución de Pan-Montojo sobre el Partido Progresista durante el periodo isabelino.
Quizá se echen en falta ponencias sobre el papel de los militares -tanto Ejército como Marina- y el de la masonería, grandes protagonistas del periodo. Los dos autores de universidades catalanas se han centrado en Cataluña, justificando el diagnóstico de Sergio Vilar sobre el creciente localismo de nuestra universidad, lo cual no es óbice para reconocer la calidad de sus trabajos.
La variedad de las contribuciones y sus distintos enfoques demuestran la riquísima plétora de ideas, personas y tendencias del periodo estudiado.
Luis Español.
La Aventura de la Historia nº 107, septiembre 2007, pág. 118